Bayer AG, fabricante de Trasylol, informó que estudia qué hacer y espera obtener más detalles del estudio, realizado en Canadá. Bayer enfrenta docenas de demandas que alegan que el Trasylol causó un número excesivo de muertes y que la compañía ocultó pruebas del peligro.
Expertos en Canadá y Estados Unidos dicen que el estudio parece haber sellado la suerte del fármaco porque varios estudios anteriores vinculaban el Trasylol a un elevado riesgo de muerte después de operaciones. Los estudios que no hallaron un riesgo mayor tenían muchas fallas.
El estudio más reciente es la primera comparación directa entre el Trasylol, cuyo nombre genérico es aprotinina, y otros dos fármacos que los cirujanos usan para hemorragias masivas durante las operaciones del corazón. Los hallazgos fueron publicados ayer en el New England Journal of Medicine.
''Lo más probable es que este sea el final de la aprotinina'', señalaron Wayne A. Ray y C. Michael Stein, de la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt en un editorial que acompañó el estudio.
El Trasylol fue aprobado en 1993 pero las dudas sobre su seguridad no afloraron hasta el 2006, cuando un estudio la vinculó con un mayor riesgo de muerte, ataque cardíacos, infartos y fallos renales.
El estudio canadiense, financiado por el gobierno, incluyó más de 2,300 pacientes que tenían un alto riesgo de hemorragia o múltiples problemas de salud. Fueron escogidos al azar para recibir Trasylol u otros dos medicamentos antihemorrágicos durante operaciones del corazón. El estudio fue interrumpido en octubre cuando resultados preliminares mostraron un mayor riesgo de muerte en el grupo del Trasylol. Bayer sacó la droga del mercado temporalmente dos semanas después.
''No había forma ética de que pudiéramos incluir más pacientes en el estudio porque ya teníamos la respuesta'', dijo Dean A. Ferguson, del Instituto de Investigaciones Médicas de Ottawa.
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