Estados Unidos tiene una tecnología que sobrepasa la de muchos otros países en cuanto a modernidad y eficacia, además de que cuenta con varias de las mejores escuelas de medicina, así como hospitales y centros de investigación.
Desafortunadamente estos recursos no son accesibles para gran parte de la población (42 millones de ciudadanos y va en aumento), pues el costo de la atención médica es exagerado, elevándose por encima de las posibilidades económicas de la mayoría. La principal razón de que exista este alarmante problema en Estados Unidos es que el acceso al sistema de salud no es considerado como parte de los derechos humanos en ese país.
Estados Unidos considera al sistema de salud como una empresa que se rige únicamente por las leyes de su sistema económico. La economía estadounidense ha sido un proceso de extirpación de muchos de los valores humanos que continúan prevaleciendo en otros países que han adoptado sistemas más humanitarios, evitando al mismo tiempo el proteccionismo. Al considerar el sistema de salud como una empresa más, le da la libertad para extorsionar y abusar de las necesidades de las personas, como lo hacen muchas otras empresas, dejando a los ciudadanos sin posibilidades de obtener lo indispensable para lograr una buena calidad de vida.
El acceso a los servicios de salud es considerado como parte de los elementos básicos para el bienestar de los individuos; se considera también como un derecho fundamental de cualquier persona, por lo tanto no puede estar basado en la oferta y la demanda y la calidad de atención médica no debiera depender de las posibilidades económicas.
Los estudios realizados por el Commonwealth Fund encontraron que la tercera parte de los adultos de Estados Unidos opina que el sistema de salud del país debe reestructurarse. Esta cifra sobrepasa el porcentaje de los que opinan lo mismo en otros países sobre sus servicios de salud. Entre los estudios se encontró que Estados Unidos, según los pacientes, tiene una de las tasas más altas de errores en pruebas de laboratorio y en errores médicos.
Existe una gran desigualdad entre las diversas sociedades que forman parte del país, pues (como menciona Raquel Torres Carvajal en El sistema de salud en los Estados Unidos) la tasa de mortalidad de niños negros duplica a la tasa de mortalidad de niños blancos, además de que el racismo provoca la mala atención (o la negación de la misma) a las minorías.
Un buen sistema de salud debe de proveer a la mayor cantidad posible de ciudadanos de excelente atención médica, sin importar a qué grupo social o económico pertenezcan. Su principal objetivo debe ser velar por la salud de las personas y no por obtener los mayores beneficios económicos a costa de ellas.
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