La idea es que un paciente pueda centralizar en su cuenta privada de Google todos sus informes, pruebas y resultados médicos que existan sobre él. Así, será fácil y rápida la consulta de toda esta información cuando el usuario lo necesite o si algún médico se lo solicita. Es el usuario quien decidirá cómo se comparte esta información personal y a quién.
Para este servicio, Google afirma haber construido una plataforma de máxima seguridad independiente de sus otros servicios de Internet. Se trata así de evitar que alguien, sin consentimiento del paciente, pueda acceder a esta información tan delicada. En este sentido Marissa Mayer, jefa de producto de Google Health, afirmó que han puesto "la más firme política de privacidad que pueden construir". "Es nuestro más alto nivel de seguridad", añadió.
Sin haber superado aún la polémica suscitada con Street View, Google se embarca en una nueva aventura que dará que hablar. Esta vez se mete en un terreno tan espinoso como es el campo privado de la salud personal. No obstante, de momento, el nuevo Google Health sólo está operativo en los EE.UU.
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