- La primera pregunta es personal: ¿Qué hace un pasaitarra dirigiendo un laboratorio oncológico en Barcelona?
- Hay momentos de la vida en los que debes salir de casa para buscar un desarrollo profesional. Estudié hasta COU en Jesuitas y luego realicé la carrera de Medicina en la Universidad de Navarra. Hice la especialidad de oncología en Barcelona y más tarde me trasladé a Londres (2002-2004) para participar en un proyecto de investigación en cáncer de mama basado en el tratamiento hormonal como medio para vencer la resistencia. Ahora trabajo en el Instituto de Oncología catalán, donde la mitad de la jornada visito a los pacientes y la otra mitad me dedico a la investigación. No obstante, Gipuzkoa está realizando un gran esfuerzo en investigación y no descarto volver.
- ¿Qué conclusión ha sacado en estos años fuera de casa?
- Principalmente la importancia que tiene la investigación. Quien investiga en cáncer más activamente, cura más pacientes. El Oncológico va a contar con una nueva sede y es importante que realice una apuesta decidida por la investigación, porque va a mejorar aún más la atención al paciente.
- ¿Pero podrá la investigación erradicar algún día el cáncer de mama?
- Cada vez curaremos más tumores. Nuestra esperanza es poder convertir los tumores que no curamos en una enfermedad crónica, que no mate.
- ¿Qué papel juega en esa batalla el tratamiento hormonal sobre el que lleva varios años investigando?
- El cáncer de mama depende de las hormonas para su crecimiento. La mayor parte de las células crecen cuando hay presencia de estrógenos. Una de las maneras de tratar este cáncer es atacar la dependencia que tiene de los estrógenos para expandirse, quitándolos del medio. Además, esta técnica ataca el tumor por todo el cuerpo, más allá de la cirugía, que extirpa el quiste en una zona, o la radioterapia, que irradia el pecho. Con la hormonoterapia tratamos las células del cáncer de mama donde se originan o, si es que han tenido metástasis, allá donde estén.
- ¿Qué ventajas ofrece con respecto a los tratamientos tradicionales?
- Principalmente su aplicación. Se administra mediante pastillas que apenas tienen efectos secundarios comparados con la quimioterapia, y poseen la misma eficacia para curar y mantener controlado el tumor. Se utiliza, primero, para complementar el tratamiento quirúrgico y de radioterapia. Y, segundo, cuando ese cáncer se ha extendido, para tenerlo controlado más tiempo, reducir las metástasis y prolongar la vida y la calidad de vida del paciente. Es un tratamiento con muy pocos efectos secundarios y eficaz, por lo que es muy atractivo.
- ¿Puede sustituir a la quimioterapia?
- Son distintos. Depende de dos situaciones. Una es mejorar las posibilidades de curación y otra, detener la metástasis. Si está en su fase inicial hay algunos tumores con los que basta con dar un tratamiento hormonal para tener una eficacia curativa importante. En otros de más alto riesgo, la quimioterapia es más efectiva, más rápida. Pero siempre que se puede, se intenta sustituir la quimioterapia por el tratamiento hormonal. En metástasis utilizamos el tratamiento hormonal cuando sabemos que el tumor va a responder y no hay riesgo vital inminente.
- ¿Hasta qué punto influye en su eficacia la detección precoz?
- Es importante. Cuando utilizamos el tratamiento hormonal para mejorar las fases de curación del tumor, cuanto más pequeño sea, más posibilidad vas a tener de curarlo con cirugía y tratamiento hormonal. Y no habrá que utilizar métodos tan agresivos como la quimioterapia.
- ¿Cuándo surge el tratamiento hormonal?
- El primer tratamiento hormonal data del siglo XIX, cuando se extirpaba los ovarios a las mujeres para evitar que se reprodujera el tumor. En los últimos treinta años se ha explotado como complemento al tratamiento quirúrgico, y no ha sido hasta hace diez cuando han aparecido nuevos fármacos que han mejorado su eficacia hasta convertirlo en un método por sí solo.
- ¿Qué porcentaje de curación tiene el cáncer de mama?
- Aproximadamente se curan el 70% gracias a los avances de detección precoz, ya que permite descubrir tumores cada vez más pequeños, y a los avances en los tratamientos quirúrgicos, de radioterapia, quimio y hormonoterapia. La palabra cáncer ya no es sinónimo de muerte, porque la mayor parte de los cánceres de mama se curan. Y de los que no se curan, de los que dan metástasis, posiblemente nunca seremos capaces de curarlos, pero sí podremos prolongar el tiempo antes de que den problemas y cronificarlos al máximo, haciendo que impacten lo menos posible en la calidad de vida. Nuestro objetivo es convertir el cáncer con metástasis en una enfermedad crónica.
- ¿...?
- La idea es convertir al cáncer en una insuficiencia cardiaca, una enfermedad pulmonar, patologías que son graves pero que no condicionan ni la calidad ni el tiempo de vida de los pacientes. Hablamos en situaciones de metástasis, porque en situaciones de detección precoz cada vez se curan más.
Reducir los efectos
- Entiendo que las perspectivas de cara al futuro son positivas.
- Más que mayores tasas de curación, lo que vamos a hacer es tender hacia una cronificación de la enfermedad. Los programas de detección precoz están muy avanzados y es difícil que mejoremos mucho. Donde posiblemente vamos a mejorar es en la eficacia y en la reducción de los efectos secundarios del tratamiento contra la metástasis.
- La actitud del paciente también será importante.
- Debe ser consciente de que lo más probable es que se cure. Y aunque no se cure, con los tratamientos existentes tendrá una buena calidad de vida. Mantener el ánimo fuerte y tener una actitud positiva le va ayudar a vencer a la enfermedad.
- ¿Por qué se ha disparado la incidencia del cáncer de mama?
- Primero, porque la gente cada vez vive más y el cáncer es una enfermedad fundamentalmente de la vejez. Se están detectando más casos pero eso no significa que haya más. Hay cánceres que, incluso si no se hubieran tratado, a lo mejor no hubieran acabado con la vida de una persona. Y antes no sabíamos ni que existían. La gente se moría de cáncer y no lo sabían.
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