miércoles, 21 de mayo de 2008

Muchos remedios no siempre son más salud

Existe sobrediagnóstico de problemas de salud y excesiva prescripción de fármacos, estimulados por una publicidad permanente.

Por: Marcelo Peretta
Fuente: DIRECTOR ESCUELA DE FARMACIA Y BIOQUIMICA, UNIVERSIDAD MAIMONIDES

En esta sección se publicó un artículo de Christopher Lane en el que afirmaba que 67,5 millones de norteamericanos toman antidepresivos sobre la base de unas 200 millones de recetas anuales. En Argentina ya son 7 millones los que toman psicotrópicos y 20 millones las recetas que se hacen por año.

No estamos todos enfermos. Existe un sobrediagnóstico de problemas de salud y una hiperprescripción de medicamentos. Los médicos han sido "muy bien educados" por la industria farmacéutica y han aprendido a usar "excesivamente bien" sus recetarios. Como la mayoría de los médicos trabajan bajo presión, debido a las demandas de mala praxis por fracaso de tratamientos, usan más aún el recetario para asegurar el éxito terapéutico. Por su lado, los farmacéuticos ponen escasas barreras para entregar los fármacos.

Los pacientes también han sido muy bien instruidos por la publicidad de medicamentos. Les han enseñado que si no salen del consultorio médico con una prescripción, el médico no está haciendo bien su trabajo. El resultado es que mucha gente termina tomando fármacos cuando hay maneras más eficaces de lidiar con sus problemas.

Por ejemplo, está comprobado que la dieta y el ejercicio son mejores que los fármacos para tratar la diabetes. Pero, como en la vida real resulta difícil cumplir dietas y ejercicios, médicos y pacientes están más dispuestos a utilizar comprimidos. Además, los seguros de salud no suelen pagar por los regímenes de dieta y ejercicio.

Aún más serio es que muchos toman demasiados fármacos al mismo tiempo. Muy pocas medicinas tienen un solo efecto. Además del deseado, hay otros, generalmente poco conocidos. Cuando se toman muchos medicamentos simultáneamente los efectos se pueden sumar. También podría haber interacción entre ellos, en cuyo caso un medicamento bloquea la acción de otro o demora su metabolismo, con lo cual su acción y sus efectos secundarios resultan mayores.

No se discute el papel vital de los buenos fármacos en la salud y la calidad de vida. No cabe duda de que mucha gente vive mejor y más tiempo gracias a los medicamentos. Los necesitamos. Pero deben recetarse con racionalidad, cautela e información adecuada. El juicio de los médicos acerca de cuándo prescribirlos y el de los farmacéuticos respecto de cómo dispensarlos debería basarse en una verdadera instrucción objetiva y en investigaciones reales, no en la publicidad que se hace pasar por ambas.

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