De manera sorprendente, los investigadores también hallaron que apenas el 24 por ciento de las pacientes tenían niveles adecuados de vitamina D en el momento del diagnóstico.
"Este estudio halló que la deficiencia de vitamina D es muy común entre las pacientes de cáncer de mama y sugiere que esta deficiencia se relaciona con peores resultados para estas mujeres", aseguró durante una conferencia de prensa el 6 de mayo la Dra. Nancy Davidson, directora del programa de cáncer de mama del Centro oncológico Kimmel de la Johns Hopkins. Davidson es la presidenta de la American Society of Clinical Oncology (ASCO).
Aún así, la evidencia no es lo suficientemente contundente como para sugerir que las pacientes de cáncer de mama necesiten tomar más vitamina D.
"Es muy pronto para decirles a todas las mujeres a las que se les ha diagnosticado cáncer de mama que deberían tomar complementos de vitamina D más allá de lo que se recomienda para la salud ósea", aseguró la Dra. Pamela Goodwin, autora del estudio, oncóloga del Hospital Mount Sinai y profesora de medicina de la Universidad de Toronto. "Si usted es una mujer y tiene cáncer de mama, probablemente valga la pena hacerse revisar los niveles de vitamina D. Si son bajos, debería tomar más para llegar al nivel que consideramos beneficioso".
Los niveles óptimos de vitamina D relacionados con el riesgo de cáncer de mama de este estudio sí son superiores a los niveles óptimos para la salud ósea, agregó Goodwin.
Las investigaciones anteriores han sugerido que los niveles de vitamina D podrían estar relacionados con el riesgo de cáncer de mama, una idea biológicamente posible.
"Sabemos por estudios de ciencia básica que las células del cáncer de mama tienen receptores de vitamina D y pueden interactuar con ella", explicó Goodwin, quien planea presentar sus hallazgos en la reunión anual de la ASCO que tendrá lugar entre el 31 de mayo y el 3 de junio en Chicago.
Hay, sin embargo, mucha confusión acerca de los diferentes beneficios para la salud de la vitamina D y, según los autores, las recomendaciones diarias de consumo varían sustancialmente alrededor del mundo.
En el estudio participaron 512 mujeres a las que se les acababa de diagnosticar cáncer de mama localizado (restringido al seno y la axila) entre 1989 y 1995. A las participantes se les tomó una muestra de sangre en el momento del diagnóstico y también llenaron un cuestionario sobre su dieta. Los niveles de vitamina D se midieron por radioinmunoensayo.
A las mujeres, de edad promedio de 50 años, se les dio seguimiento durante poco menos de 12 años. Del total, el 37.5 por ciento tenía deficiencia de vitamina D (los niveles más bajos) el 38.5 por ciento tenía niveles insuficientes de la vitamina (no eran deficientes pero tampoco saludables) y el 24 por ciento tenía niveles en el rango saludable.
Las mujeres que eran premenopáusicas pesaban más, tenían altos niveles de insulina y sus tumores eran más agresivos, tenían más probabilidades de tener niveles bajos de vitamina D.
"El tejido graso es una trampa para la vitamina D", explicó Goodwin. "Los niveles también fueron más bajos en las mujeres más jóvenes, cosa que sorprendió un poco, hasta que nos dimos cuenta de que las mujeres mayores estaban tomando más complementos.
Según los investigadores, el riesgo de que el cáncer de mama se propagara fue de más del doble en las mujeres que tenían bajos niveles de vitamina D en el momento del diagnóstico, en comparación con las mujeres cuyos niveles eran saludables.
El riesgo de morir de cáncer de mama fue 75 por ciento mayor entre las mujeres que tenían niveles demasiado bajos de vitamina D, en comparación con las mujeres cuyos niveles eran óptimos, agregó.
Sin embargo, no hubo diferencia en la supervivencia entre las mujeres que tenían niveles saludables o insuficientes. Los datos también sugirieron que podría haber un riesgo ligeramente mayor de metástasis o muerte si los niveles de vitamina D eran elevados, aunque el efecto no fue estadísticamente significativo, aseguró Goodwin.
"Esto sugiere que hay un nivel saludable de vitamina D y que, si hay deficiencia, habrá mayor riesgo de metástasis, pero si se eleva [hasta un punto determinado], el riesgo de muerte vuelve a aumentar, señaló Goodwin.
Aunque esta no es una conclusión sólida, agregó Goodwin, el hallazgo esta "haciendo una advertencia. Probablemente no sea seguro tomar altos niveles de vitamina D ni elevarlos demasiado".
Además, los hallazgos coinciden con otro estudio que halló que los hombres que tienen cáncer de próstata y tomaron vitamina D murieron más pronto que los que tomaron un placebo.
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