domingo, 1 de junio de 2008

Presentan dos terapias para frenar el avance del cáncer de mama

Dos nuevos cócteles de drogas oncológicas se suman a los avances en el tratamiento del cáncer de mama, y brindan esperanzas para quienes lo padecen. Uno de ellos es un compuesto que se utilizaba hasta ahora para tratar las metástasis de cáncer óseo y también aprobado para el tratamiento de la osteoporosis, y que se comprobó logra reducir el riesgo de recurrencia en pacientes en una etapa temprana de la enfermedad, cuando se la administra junto con dos fármacos ya utilizados para combatir este tipo de tumores. El otro es de la familia de las terapias dirigidas y, en combinación con quimioterapia, consigue demorar el crecimiento de la enfermedad en mujeres con un cáncer avanzado recientemente diagnosticado o con metástasis.

Los resultados de los nuevos y esperanzadores estudios sobre una de las enfermedades que más afectan a las mujeres en todo el mundo fueron presentados ayer en la 44a. Reunión Anual de la Sociedad de Oncología Clínica de los Estados Unidos (ASCO), virtualmente un congreso mundial sobre cáncer, que se desarrolla en el monumental centro de convenciones McCormick Place, en Chicago.

En el primer caso, el estudio realizado entre 1.803 pacientes premenopáusicas entre 1999 y 2006 demostró que el ácido zoledrónico --un bifosfonato--, combinado indistintamente con las terapias hormonales tamofixeno o anastrozole, logró reducir hasta en un 30% el peligro de recurrencia de la enfermedad en mujeres que ya habían pasado por el quirófano. El especialista austríaco Michael Gnant, profesor de la Universidad de Medicina de Viena y líder de la investigación, mostró su entusiasmo: "Es muy emocionante --dijo-- descubrir que además de prevenir la pérdida ósea, el ácido zoledrónico también pueda reducir la posibilidad de que el cáncer de mama regrese en algunas mujeres". Según la OMS, cada año mueren unas 500 mil mujeres en todo el mundo a causa de la recurrencia de esta enfermedad.

El otro estudio clínico dado a conocer ayer en este evento de más de 30 mil asistentes y casi 5 mil investigaciones presentadas --un mundo paralelo con vida propia, e inabarcable para cualquier humano--, concluyó que la droga bevacizumab, de la familia de las terapias dirigidas, combinada con quimioterapia tradicional (en este caso, docetaxel), frena el proceso de la enfermedad en pacientes con cáncer de mama avanzado. El especialista británico David Miles, profesor del Mount Vernon Cancer Centre y director del estudio, contó ayer que la investigación se centró en 736 mujeres que no habían recibido tratamiento para la enfermedad, diagnosticada tardíamente. El suministro de quimioterapia con un placebo y con dos dosis diferentes de bevacizumab logró demorar el proceso respectivamente en un 44%, un 55% y un 63%. Con los resultados iniciales a su favor, Miles respondió a la pregunta sobre algunas dudas sobre la seguridad en su uso: "Encontramos que no agrega riesgo a la toxicidad de la quimioterapia, lo que debería ser un reaseguro para que los médicos lo recomienden".

En la presentación del panel, donde también se dio a conocer un estudio sobre cáncer de mama en mujeres mayores de 65 años (ver Otros estudios...), Eric Winer, profesor de Medicina en Harvard, director del Breast Oncology Center del instituto Dana-Farber y director de Comunicaciones de ASCO, dijo: "Tenemos una variedad de terapias para las mujeres con cáncer de mama, pero necesitamos nuevos tratamientos más efectivos y con menos efectos colaterales. Nuestro objetivo es prevenir la recurrencia y prolongar la vida de las pacientes con este tipo de cáncer en etapa primaria; y controlar la enfermedad y mejorar la sobrevida para las pacientes con la enfermedad en estado avanzado".

Más focalizado, menos frecuente y de importancia para muchas mujeres, ayer también se presentó un estudio entre 600 pacientes mayores de 65 años con cáncer de mama en estadio temprano. Más allá de los resultados, que indicaron que la quimioterapia tradicional resultaba más efectiva que la droga capecitabine en términos de recurrencia y supervivencia, el director de la investigación, Hyman Muss, del Mount Vernon Cancer Centre, destacó que las mujeres mayores de 65 suelen no estar representadas en estudios clínicos. "Las pacientes mayores que son diagnosticadas después de los 65 no aparecen en las estadísticas. Por lo tanto, no hay investigaciones que permitan diseñar para ellas un mejor tratamiento", afirmó. Este estudio parece ser un buen paso adelante.

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