
El estudio, ya en su decisiva fase III, ha demostrado que el efecto combinado de dos de las llamadas «terapias dirigidas», lapatinib y trastuzumab, se traduce en un aumento del 50% en la supervivencia libre de progresión (el tiempo en el que el tumor no avanza) en mujeres con un cáncer de mama HER2 positivo metastásico.
Detrás de este nombre se esconde una de las formas más agresivas de ese tumor, que se da en un 25-30% de los casos y cuyo rasgo distintivo es el receptor ErbB2 o HER2, una proteína intermembrana que tiene una parte dentro y otra fuera de la membrana desde las que activa el mecanismo estimulador de las células malignas.
Un serio problema para tratar el tumor mamario HER2 positivo es, según la directora del estudio Joyce O'Shaughnessy, del Baylor-Sammons Cancer Center de Texas, la escasez de opciones terapéuticas «cuando la patología progresa tras haber recibido trastuzumab y quimioterapia». Y de ahí la importancia, remacha, de «atacar eficazmente la sobreexpresión del receptor ErbB2 desde múltiples ángulos».
En el buen camino
Desde esa perspectiva, añadió en Chicago Antonio Llombart, secretario de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de esta especialidad en el leridano Hospital Arnau de Vilanova, «los resultados del estudio son extraordinarios por lo que representan», porque abren una vía de tratamiento eficaz en una situación en la que hasta ahora apenas quedaban posibilidades de repetirlo. De hecho, las 296 pacientes participantes en el ensayo (el mínimo tiempo disponible redujo la presencia española a 14) habían recibido antes una media de seis regímenes terapéuticos.
Pero incluso en esa difícil situación se consiguieron resultados positivos en diversos parámetros: 27% menos de riesgo de progresión del tumor, 3,4% más de tasa de respuesta, el doble de beneficio clínico global, e incluso una tendencia visible hacia la mejora en la supervivencia global. Todo un éxito en esas condiciones tan adversas. Y la clave hay que buscarla en la sinergia de ambos fármacos, ya que allí donde la eficacia extracelular de trastuzumab empieza a declinar -bien porque hay resistencia dentro de la célula o porque falta la parte externa del receptor y la interna se mantiene activa--, viene a tapar ese «agujero terapéutico» lapatinib con su inhibición intracelular del mecanismo estimulador del cáncer.
Aunque el estudio no podrá trasladarse de inmediato a la práctica clínica, ya que sólo intentaba comprobar esa teoría de eficacia combinada y no buscaba una indicación terapéutica concreta, sí servirá para ratificar el «buen camino» para mejorar los tratamientos contra el tumor HER2 positivo. De hecho, remachó Llombart, ahora mismo hay en investigación una decena de posibles terapias contra esa agresiva forma de cáncer de mama.
Paralelamente, el grupo cooperativo español que lidera la investigación clínica de ese tumor, bautizado como SOLTI y coordinado por el oncólogo del Hospital Vall d'Hebron barcelonés Joseph Baselga, tendrá un papel directivo en otro estudio internacional (Neo-ALTTO, con pacientes de 130 centros y 26 países) que examinará el grado de eficacia de lapatinib en el tratamiento de la enfermedad en sus fases iniciales. El fármaco, comercializado ya en países como Estados Unidos, Australia o Suiza, está pendiente de autorización en la Unión Europea, donde cuenta ya con la recomendación favorable del comité correspondiente de la Agencia Europea del Medicamento. Entre tanto, 2.170 pacientes de 27 países del continente lo reciben a través del Programa de Acceso Expandido facilitado por su fabricante GSK.
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