lunes, 9 de junio de 2008

El ácido zoledrónico mejora la supervivencia un 36% en cáncer de mama hormonosensible

El empleo de ácido zoledrónico (el principal tratamiento para prevenir o retrasar las metástasis relacionadas con el esqueleto en pacientes con neoplasias malignas avanzadas en diferentes tipos de cáncer) ejerce un efecto antitumoral significativo en mujeres premenopáusicas con cáncer de mama precoz hormonosensible. Añadido a hormonoterapia después de la cirugía, redujo el riesgo de muerte un 36 por ciento en comparación con el tratamiento solo, y el de recurrencia un 35 por ciento.

Así lo ha demostrado un estudio realizado por el ABCSG-12, un grupo austriaco de investigadores, cuyos datos fueron presentados en sesión plenaria en ASCO. "Este es el primer ensayo a gran escala en el que se demuestra un efecto beneficioso antitumoral del ácido zoledrónico", según Michael Gnant, profesor de la facultad de Medicina de Viena (Austria) y director de la investigación.

En el estudio en fase III, participaron 1.803 mujeres premenopáusicas con cáncer de mama en estadio I ó II con receptores de estrógenos positivos y con menos de 10 ganglios axilares afectados. Las pacientes fueron seguidas durante un total de cinco años (tres de tratamiento y dos de control), con el objeto de probar si la adición de ácido zoledrónico a tamoxifeno o anastrozol era capaz de mejorar los resultados obtenidos por los tratamientos hormonales solos. Y el resultado fue que prolongó significativamente tanto la supervivencia libre de enfermedad como la recurrencia, pues a los 60 meses el 96 por ciento de las que recibió ácido zoledrónico permaneció libre y sin recaída, frente al 92 por ciento del grupo que no.

A las pacientes se les dio una pauta muy parecida a la que se emplea en osteoporosis (indicación para la que también está aprobado este fármaco desde el año pasado): cuatro miligramos cada seis meses por vía intravenosa. La baja dosis y su baja toxicidad es otra de las grandes ventajas, como señaló Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación de Cáncer de Mama (Geicam), quien destaca la casi total ausencia de efectos secundarios. "Nada que ver con la quimioterapia", aseguró. "Los únicos síntomas aparecidos fueron mialgias y dolores musculares".

El hecho de que el ensayo se haya hecho sólo en mujeres perimenopáusicas, "no quiere decir que en otros grupos no vaya a ocurrir lo mismo, como en mujeres posmenopáusicas", puesto que, asegura, no actúa a nivel hormonal. En cualquier caso, y como aseguró el profesor Gnant, "continuamos explorando su efecto beneficioso antitumoral en un amplio programa clínico con cerca de 20.000 pacientes en diez ensayos en todo el mundo. Esperamos más resultados durante los próximos dos o tres años".

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