lunes, 19 de mayo de 2008

Científicos demuestran que la risa es la mejor medicina

Al reírse, el cuerpo disminuye los niveles de las hormonas del estrés

Eso fortalece el sistema inmunológico y protege el corazón

Matt Kaplan

Se dice que la risa es la mejor medicina, y ahora investigaciones están comenzando a demostrar que ese adagio puede ser más verdadero de lo que pensamos.

Por mucho tiempo se ha sabido que la risa puede hacer que las personas sean más felices, pero un nuevo estudio ha mostrado que incluso el anticipar una buena risa es bueno para la salud.

Cuando sufre tensiones, el organismo estrecha los vasos sanguíneos, eleva la producción de hormonas potencialmente dañinas y aumenta la presión arterial. Cortos períodos de estrés son normales y no peligrosos, pero a lo largo de extensos lapsos el estrés debilita el sistema inmunológico y acrecienta los problemas cardíacos.

En el 2005 algunos investigadores descubrieron que la risa disminuye la presión arterial, pero no pudo determinarse cuál mecanismo bioquímico funcionaba.

Recientemente, Lee Berk, en la Universidad de Loma Linda, en California, Estados Unidos, junto con varios de sus colegas, ha revelado una parte de la respuesta.

El que ríe primero. En investigaciones efectuadas en el 2006, Berk y sus colegas determinaron que el anticipo de la risa fomentaba la producción de hormonas que levantaban el ánimo. Se trata de las llamadas B-endorfinas. Además, la risa aumentaba la inmunidad del organismo.

Esto condujo al equipo a preguntarse si el enlace entre la disminución de la presión arterial y la risa podía ser el resultado de que la risa interfería con la producción de las hormonas del estrés.

Para verificar la hipótesis, los investigadores trabajaron con un grupo de 16 hombres. A la mitad les dijeron que les exhibirían un video humorístico. A la otra mitad les dijeron que los colocarían en una habitación con revistas.

Los investigadores supervisaron a los hombres con el propósito de determinar los niveles de las hormonas de estrés cortisol y adrenalina, y del ácido Dopac –que ayuda a producir adrenalina– durante todo el experimento.

Resultado. Berk y su equipo informaron en la 121.° Reunión Anual de la Sociedad Fisiológica de Estados Unidos en San Diego, California, que los niveles de las tres sustancias químicas del estrés disminuyeron, antes, durante y luego de la proyección de los videos. Treinta minutos después de difundirse los videos, el cortisol bajó 67%, la adrenalina había bajado 35% y el Dopac un 69%.

Pero lo que realmente impresiona al equipo fue que el cortisol, la adrenalina y el Dopac disminuyeron en un 39%, 70% y 38%, respectivamente, antes de que se hubiera visto algo divertido. “Al parecer, sentirse feliz en anticipación de una experiencia placentera baja los niveles de estrés”, dice Berk.

Berk y su equipo son serios sobre el estudio de la risa, porque las aplicaciones potenciales son enormes. “No es un chiste: necesitamos comenzar a prescribir el humor como una medicina”, dice Berk.

Se sabe que los trastornos inmunológicos son exacerbados por el estrés. Es muy importante lograr que los pacientes con trastornos inmunológicos reduzcan sus concentraciones de sustancias químicas de estrés en la sangre a través de la anticipación de la risa, explica Berk.

Las hormonas del estrés hacen mucho más que regular el sistema inmunológico. Esas hormonas también contribuyen en muchos tópicos vinculados con la salud como la depresión, la presión arterial alta y el control de la diabetes, dice Bruce Rabin, un patólogo y psiquiatra del Centro Médico de la Universidad de Pensilvania, en Pittsburgh.

“Parece que mi abuela tenía razón: la risa es la mejor medicina”, agrega Rabin.

El paso siguiente es entender las sendas bioquímicas que permiten la comunicación entre esa región del cerebro donde se localiza el humor y la sección de liberación de hormona de los sistemas endocrinos e inmunológicos.

Berk dice que la clave son los citoquinos –péptidos producidos por el sistema inmunológico y que regulan cómo responde a los agentes exteriores y la actividad neurológica–. “Tenemos que comprender qué citoquinos están haciendo qué”, dice, “y cómo funcionan en relación con la risa”, concluye Rabin.

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