Pese a los datos demoledores, ninguna comunidad autónoma ha puesto en marcha campañas de detección precoz, como se hizo hace años con el cáncer de mama. Sólo cuatro autonomías -Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Madrid (está a punto de empezar)- de las diecisiete han puesto en marcha programas de cribado. Y no son a gran escala, sino pruebas piloto que alcanzan a una pequeña parte de la población de riesgo.
El objetivo de estos programas es evaluar la eficacia de un test en heces que podría convertirse en la «mamografía» del cáncer de colon. Ese análisis que busca la presencia de sangre oculta en las deposiciones es la prueba más sencilla y económica desarrollada hasta la fecha para detectar el cáncer de colon. A diferencia de la temida colonoscopia, no requiere una preparación previa del paciente, no molesta, es segura y además es barata. Cuatro requisitos indispensables si se piensa en una campaña de prevención a gran escala.
Pruebas inmunológicas
En los últimos años se han desarrollado hasta ocho test diferentes, con resultados dispares en cuanto a fiabilidad. Los llamados inmunológicos pueden convertirse en una buena alternativa. Estos análisis tienen una alta sensibilidad y detectan de forma específica la hemoglobina humana, de manera que no hay riesgo de que ofrezcan falsos positivos si el paciente ha consumido carne.
Investigadores alemanes así lo creen tras analizar siete análisis diferentes. Los médicos comprobaron los resultados de 1.219 pacientes que después confirmaron el diagnóstico con una colonoscopia. El estudio se publica en la revista estadounidense «Anales de Medicina Interna».
Los test de heces más precisos detectaron uno de cada cuatro pacientes con pólipos benignos de más de un centímetro y mayor riesgo de malignizarse. También identificaron correctamente el 97 por ciento de pacientes que no tenían lesiones y estaban libre de riesgo. Un tipo de test químico llamado de guayaco, muy popular en Estados Unidos, tuvo peores resultados. Ulrike Haug, que ha dirigido el estudio, insiste en el error de considerar por igual todos los test.
El oncólogo Pedro Pérez Segura del Hospital Clínico de Madrid cree que este estudio confirma la eficacia de los test inmunológicos. Puede que no sean perfectos, «pero son la mejor prueba para vigilar a la población general». Están pensados para pacientes sin síntomas, ni mayores riesgos por herencia familiar. El objetivo es que al cumplir los 50 años, el médico de familia recomendara cada año un test de este tipo para conocer su riesgo.
Los oncólogos estiman que la realización de una prueba tan sencilla podría detectar a tiempo entre el 30 y el 35 por ciento de los tumores y salvar 3.600 vidas al año.
A la cola de Europa
Las pruebas de detección precoz que tímidamente se empiezan a probar en nuestro país se realizan en otros países europeos. España es uno de los pocos países que no tiene un programa preventivo de estas características. Asociaciones de pacientes, oncólogos y partidos políticos empiezan a moverse para lograrlo. El PP tiene previsto presentar una iniciativa en el Congreso en la que pedirá la implantación de un cribado de cáncer de colon con un protocolo de consenso.
Las sociedades científicas, la Asociación Española contra el Cáncer y otras organizaciones de pacientes se han unido en una alianza para fomentar la prevención. La discusión no está en las autoridades sanitarias, pero sí en los expertos.
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