
“Durante el embarazo, las mamas sufren un cambio fisiológico importante, como es el aumento de tamaño y densidad. Esto puede dificultar la detección de masas anormales de pequeño tamaño, demorándose el diagnóstico de cáncer de mama” explicó el doctorRoly Hilario.
Según el galeno, uno de los trabajos más numerosos sobre este tema hasta la fecha ha logrado reunir la información de más 652 mujeres con cáncer de mama menores de 35 años.
De ellas, 104 habían sufrido la enfermedad en los nueve meses de embarazo o en el primer año después de dar a luz (lo que se denomina cáncer de mama asociado a la gestación).
“El embarazo no empeora el pronóstico del cáncer, pero sí puede dificultar el diagnóstico de este, he tenido pacientes cuyo tratamiento se retrasa hasta después del alumbramiento, por seguridad del bebe”, dijo.
Para finalizar, Hilario recomendó que durante y antes de la gestación se deban realizar revisiones periódicas con el ginecólogo, y si este detecta cualquier alteración en la exploración física de la mama, es preciso realizar las pruebas necesarias sin retrasarlas hasta después del parto.
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